Es curioso porque somos las madres quienes, por lo general, asumimos por completo la carga emocional y hacemos a un lado a los padres (muchas no sabemos cómo incluirlos en lo que estamos sintiendo).
Pero no me refiero a aquellos Padres que se desentendieron de la situación, o que están pero actúan como si la cosa no fuera con ellos 🙈 hablo de los Papás que acudieron a cada consulta, aquellos que abrazan y besan a sus hijos, aquellos que también se desvelan cuidando el sueño de sus peques, aquellos que se comprometieron al recibir el diagnóstico y quieren aprender cada día más como ayudar a sus peques.
Claro, no sabría decirles con exactitud como se sienten, los hombres no demuestran tan fácilmente sus emociones.
Ellos se convierten en la columna que nos sostiene, nos brindan su apoyo, observan en silencio, respetan nuestro duelo mientras llevan en silencio el suyo a cuesta.
En ocasiones la relación se desequilibra, comienzan las discusiones por todo y es que no logramos sintonizar.
A veces damos por sentado que ellos entienden nuestros silencios, deseamos que entiendan como nos sentimos y terminamos convirtiendo el hogar y todas las conversaciones en un campo minado...
Y es que momento de recibir el diagnóstico para mamá cambia todo, muchas pasamos a ser cuidadoras el 100% del tiempo, debemos reestructurar nuestras vidas, ajustarnos a esta nueva realidad. Debemos educarnos, aprender a manejar el torbellino de emociones que de ahora en adelante vivirán en nuestro corazón y lidiar además con el entorno, PERO, hay alguien que también siente, física y emocionalmente todo esto que está ocurriendo, que no sabe cómo enfrentar los cambios de humor de Mamá, que no tiene idea de lo que debe hacer cuando hay una crisis, que también ama a su familia y desea protegerla por encima de todo.
Papá también merece reconocimiento.
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