jueves, 19 de diciembre de 2019

EL MANUAL QUE NO ENCONTRÉ


Hace algunos años me habría encantado dar con un manual, una guía, algo como:

Paso 1: Aceptación.
Si no aceptamos, no avanzamos, no salimos del duelo, no dejamos de ver a nuestros hijos como "pobrecit@s", cuando realmente lo único que necesitan es nuestro apoyo, brindarles herramientas para desarrollar sus fortalezas y comprender que cada uno, a su ritmo, será una maravillosa persona; y con esto no me refiero a tener un título universitario y ser famoso, me refiero a ser realmente feliz, incluso si solo pasa el día dibujando.
👉🏽Todos somos buenos en algo, pero no todos somos buenos para lo mismo.

Paso 2: No te lo tomes personal.
No conviertas sus rabietas o crisis en un acto dirigido exclusivamente a tí, ten presente que a veces ni los adultos llegamos a gestionar nuestras propias emociones y pretendemos que un niño lo haga, a la perfección y en tiempo récord 😒
No llora porque le gusta hacerte pasar un mal rato, no grita porque es malcriado, no se tira al suelo porque le gusta hacerte molestar... Definitivamente pasa algo y debemos trabajar en ello, debemos buscar orientación, apoyo, ayuda.
Empezando por aprender a abordar estás situaciones sin caer en la frustración o desesperación por las miradas o comentarios imprudentes.
👉🏽Sí, definitivamente los padres somos los primeros en necesitar terapia.

Paso 3: Pon límites pero no limitaciones.
Límites, estructura, orden en la vida de nuestros peques. Porque todo niño los necesita, con o sin condición, sin olvidar que podemos ser firmes pero amables, sin olvidarnos de dar una explicación, incluso cuando parezca que no nos prestan atención.
Por supuesto habrá cosas que tienen un grado de dificultad muy grande para nuestros hijos pero jamás, jamás digas que no puede, sin antes intentarlo, no cortes sus alas cuando esté motivado y desee hacer algo nuevo, anímalo. Y tampoco hagas cosas qué ellos puedan hacer por sí mismos, aunque les tome un poco más de tiempo, no se trata de una competencia.
👉🏽Que nadie les diga que el cielo es el límite, cuando hay huellas en la luna.

Paso 4: Aprende a diferenciar.
Diferenciar los comentarios de personas malintencionadas, de personas que intentan ayudarnos (esto es realmente difícil, a mí me tomo años dejar de pensar que todos estaban en mi contra) sobre todo de familiares a los que les cuesta asimilar el diagnóstico.
¿Qué sucede con ésto?
Resulta que nuestra perspectiva de Madre (sobreprotectora en ocasiones) muchas veces nos hace creer que todos están en contra, psicólogo, terapeuta, familia y todo el que nos rodea y da su opinión. Pero esto se debe, por lo general a que debemos enfrentarnos a muchos procesos sin la orientación, el apoyo y acompañamiento que tanto necesitamos.
Y es que verlo desde afuera, como lo ve el resto, no se acerca ni un poco a la realidad que vivimos día a día, sin embargo, esto puede impedirnos en ocasiones percatarnos de nuestras propias fallas y evita que podamos corregirnos.
No descartes todas las sugerencias y recomendaciones antes de siquiera considerar que tal vez con algunas modificaciones puedan adaptarse a tu realidad.

Recuerda:
No existe un manual que nos convierta en los padres perfectos, cometeremos errores en el intento de formar seres humanos (tremenda encomienda se nos ha dado), pero es importante tener en cuenta que, una condición no los hace ni mejores, ni peores seres humanos simplemente diferentes, y estas diferencias nos enriquecen a todos, porque nos permiten ver más allá de lo que la sociedad ha establecido como "perfección" y descubrir maravillas en pequeñas acciones, cómo armar piezas fabulosas con rompecabezas, conocer absolutamente todo sobre los carros, manejar nivel experto programas tecnológicos y más.
Ayudemos a desarrollar estas destrezas en lugar de lamentamos por lo que no pueden hacer, aplaudamos su valioso esfuerzo en lugar de criticar el no haber logrado con éxito lo que tú deseabas. (Diagnóstico NO es Pronóstico).
Pon tu mayor esfuerzo en que pueda hacer amigos, socializar, gestionar sus emociones, prepararse el desayuno, ayudar en casa (aunque sea exprimiendo un limón), lo demás llegará en su momento, vamos un día a la vez.
Damellys Rengifo
Mamá de Eyleen y Moisés


sábado, 31 de agosto de 2019

COMPARTIENDO EXPERIENCIAS: Todo Para Triunfar

Mi hijo, nuestro entorno, sus médicos y su proceso, me han enseñado muchas cosas en los últimos meses; yo siento que debo contar lo que he aprendido desde lo que vivimos, para que pueda servir para aliviar, consolar, alegrar o motivar a otros.


Cuando me preguntan:

¿Qué ha sido lo más fácil de ser la madre de Armando?” puedo responder sin duda alguna:
-“Yo no tengo que enseñarle a decir la verdad. Su condición no le permite decir mentiras, él no se siente obligado a adornar sus respuestas, hacer eso le genera estrés, porque debe pensar, ordenar y expresar cosas que a lo mejor no siente; y eso es mucho desgaste que no lo hace feliz y que no siempre los demás agradecen.”

“¿Y lo más difícil?”
-“Responder preguntas de personas que en realidad no se interesan en apoyarnos, o no están en la disposición de hacerlo sentir bien a él, sino que sólo les interesa conocer detalles para luego comparar o juzgar.”

Definitivamente a mi juicio, la ignorancia y la indolencia son más difíciles de lidiar, que el diagnóstico en sí mismo.
Los médicos te dan un plan de tratamiento, con sugerencias que abarcan: la ropa, la comida, las medicinas, las escuelas, las actividades extracurriculares, las terapias, las acomodaciones en el hogar, entre otros. Pero nadie te dice cómo lidiar con el entorno.

Nadie te enseña cómo bregar con el diagnóstico, el tratamiento, tu agenda y la gente. Ese es un curso que nadie te da. Esas lecciones las aprendes de forma autodidacta; sin libros, sin pizarra, con algunos golpes.

Entonces en este curso autodidacta, yo decidí escribir; otros deciden llorar, otros correr, pero yo nunca he sido muy deportista, así que decidí escribir, para drenar.

Así es como nace esta lista inconclusa, de preguntas o comentarios y respuestas. Preguntas que me hacen familiares, amigos, conocidos y desconocidos; preguntas que no siempre tengo el ánimo de responder, porque hay días que las respuestas fluyen con mayor genialidad, pero hay otros días que no soy tan asertiva. También existen personas a las que provoca responder con gentiliza, y otras a las que sencillamente prefieres evitar, para no perder la compostura. Pero en definitiva lo que intento es presentar una guía práctica, para aquellas madres o padres que aún no saben o no se atreven a responder algunas interrogantes sobre sus hijos, que sencillamente son únicos y definitivamente especiales.

A cada pregunta le asigné una respuesta, sin sentirme dueña de la verdad, pero es la respuesta que conozco, la información que domino, lo que siento y/o lo que me ha tocado decir. También agregué con mucha humildad y gentileza, sugerencias o consejos para los terceros que suelen preguntar; entonces esta lista de preguntas y respuestas, no sólo es una guía práctica para madres o padres, sino también para las personas de nuestro entorno.

Esta lista no es definitiva, siempre existirán más preguntas que agregar, y pretendo que sea enriquecida desde la experiencia de compartirla con otras madres y padres; considero que es grandioso que todos podamos seguir construyéndola, y apoyándonos; porque no siempre tenemos el ánimo de responder, pero hablar de nuestros hijos y su condición, nos ayuda a mover la energía y el ambiente que necesitamos para lograr la verdadera inclusión; ese es nuestro compromiso y nuestra misión, hablar hasta que todos sepan, acepten y respeten.

Así es que sin más preámbulos, aquí les presento mi lista inconclusa de preguntas o comentarios de terceros y mis respuestas, sobre mi hijo.

1. “¿Cómo es que tú no sabes, cómo le dio “esa enfermedad” a tu hijo?”
-“Yo no lo sé, su papá tampoco, su terapista de lenguaje no lo sabe, tampoco lo sabe su terapista conductual o la ocupacional, tampoco el pediatra lo sabe, menos el psicólogo, el nutricionista, el neurólogo o el psiquiatra…. Fíjate que a pesar de grandes esfuerzos de notables científicos del mundo, grandes sumas de dinero invertidas en laboratorios, trabajos de investigación individuales y colectivos desde prestigiosas universidades, nadie lo sabe. Y “eso”, no es una enfermedad es una condición.”

2. “¿Ya sabes cómo se cura lo que tiene tu hijo?”
-“No se cura, él debe aprender cada día, a controlar sus debilidades aferrándose a las fortalezas. Es un proceso largo de autoevaluación y transformación; que requiere amor y apoyo constante, de quienes estamos en su entorno.”

3. “No te da pena que se enteren de lo que tiene tu hijo… ¿Qué dirá la gente?”
-“La gente nada tiene que decir sobre mi hijo, pero mi hijo seguramente tendrá mucho que decir sobre la sociedad en la que le tocó vivir. Donde es más fácil juzgar, que valorar a las personas.”

4. “¿Por qué tu hijo reacciona “raro”, ante algunos estímulos cotidianos?”
-“No es raro, es su forma única de expresar que está muy feliz o que no está cómodo con alguna sensación o situación. Lo importante no es que él responda distinto, lo valioso es que expresa su agrado o inconformidad de forma sincera, jamás esperes que mi hijo sea hipócrita con sus emociones. Ahora, te pregunto yo: ¿Tú puedes decir lo mismo de ti? ¿Lo raro es ser sincero? Ojalá lo que llamas “raro”, fuese lo común en esta sociedad. Estoy segura que todo sería más fácil, al menos más real.”

5. “¿Por qué tu hijo dice esas cosas?” “¿Por qué usa esas palabras?” “¿…. No tiene el vocabulario de un niño de su edad? …. “Parece un viejito…” “Nunca se calla…”
-“Mi hijo se esfuerza en investigar, tratar de comprender y comunicar cosas de interés para su entorno, y en mi casa celebramos cada avance motivándolo a seguir aprendiendo. Hizo terapia de lenguaje por mucho tiempo, ahora no seré yo ni tú, quien le diga que se calle. Así que si sabe más que los demás sobre determinados temas, solo aprovecha esta oportunidad maravillosa que te dio la vida; siéntate, escucha y aprende, porque de algún lado sacó esa información; te aseguro que no la inventó. Y si vino a ti a preguntarte sobre algún tema, puedes sentirte orgulloso de haber despertado en él la curiosidad y su admiración; si él te respeta, dará como cierto todo lo que le digas, y lo contará a otros con mucha seguridad.”

6. “Tu hijo es extraño ¿Por qué en ocasiones habla solo?”
-“Yo también lo hago, a veces me digo cosas a mí misma, me doy ánimo; me digo: “Vamos, que sí se puede. No pierdas la fe, Dios es grande”. ¿Tú crees que yo soy extraña?

7. El niño llora o hace una pataleta en la calle, se acerca y le preguntan: “¿No te da vergüenza, los hombres no lloran?”; o me preguntan a mí: “¿No le da pena que el niño llore o grite así en la calle?”
-“Si algunas veces, me da pena; pero no por él, sino por quienes nos observan y no tienen la información necesaria para saber que pasa realmente; y la verdad yo no siempre tengo un megáfono ni el tiempo de ponerme a explicárselo a todos los que nos ven, sería grandioso poder hacer una exposición e informar a todos cada vez que sucede; así existiría menos ignorancia sobre la materia y nadie se fijaría en eso la próxima vez.”

8. “Pobrecito, tú le exiges mucho. ¿Por qué le pones tantas reglas a tu hijo?”
“Su tratamiento está compuesto por muchos elementos, pero sin estructura, sin orden, sin horarios, sin disciplina, no podemos lograr nada. El necesita estructura, para poder avanzar; eso es igual de necesario que la dieta, las medicinas o las terapias. Él necesita demostrarse que es capaz, para vencer los miedos internos y borrar las etiquetas externas; mi deber es no dejar que se rinda, mi deber es apoyarlo a construir hábitos positivos, mi compromiso es acompañarlo, pero el mayor esfuerzo, depende de él; de su constancia y su disciplina”

9. “Ese niño no tiene nada, lo que está es malcriado, es muy consentido”. “Lo que quiere es llamar la atención”. “Déjamelo unos días y te lo acomodo”.
-“Si a usted le parece que mi hijo no tiene una condición, a mi usted no me parece calificado para opinar sobre la materia; estamos a mano, usted no le cree y a mí tampoco me interesa su opinión.”

10. Le dicen al niño en medio de una crisis: “¿Tu no quieres ser feliz? “Supéralo no seas flojo”, “Pon de tu parte deja la flojera”, “Vives cansado”, “¿Quieres llamar la atención? “Se fuerte”.
-“¿De verdad crees que quién tiene un desorden en su cabeza no quiere ser feliz? Nadie decide ser infeliz, todos queremos ser felices; pero algunos no saben por dónde empezar y otros se pierden en el camino. No es flojera, es frustración de intentarlo y lograrlo, no es llamar la atención, es su forma de expresar agotamiento, no es debilidad es sacar fuerzas para hacer tareas que para otros son cotidianas.”

11. “Pareces loca. ¿Por qué celebras tantas tonterías? ¿Amarrarse solo los zapatos o conseguir un amigo, en un motivo de fiesta?”
-“Cuando eres madre de un niño con alguna condición celebras todo, porque todo te cuesta más; cuando lo logras necesitas gritarle al mundo que sigues adelante.”

12. “¿Lo que tiene tu hijo se contagia? ¿Tú no lo vacunaste?”
-“No se contagia, ni existe vacuna, solo el amor, la atención debida y el tiempo van dando las herramientas para cada batalla.”

Reflexiones y consejos, para las madres y para quienes rodean a una familia especial:

1. Para los jefes y compañeros de trabajo; es importante que sepan que las madres de niños con alguna condición, no necesitamos lástima, sino respeto. No queremos caridad, sino la oportunidad de poder seguir siendo productivas y exitosas a pesar de todo lo que ocupa la agenda de una madre especial.

2. A las madres, les digo que hablar enseña y relaja. Una madre especial lucha para que su hijo rompa barreras que le impiden sociabilizar, pero a veces ellas mismas se ponen bloqueos para sociabilizar y se encierran en su duelo del diagnóstico. Yo decidí hablar y escribir, mi hijo mostraba limitaciones al hablar con extraños sobre sus emociones, entonces yo decidí hacer el ejercicio por mí, para mi desahogo y para él; para que me viera actuar en el mundo real, mostrando mis emociones sin pena ni limitación alguna. Las madres especiales necesitamos hablar hasta el cansancio, con todos sin importar quien sea o a que se dedique, no descartamos a nadie, porque algunas veces, encontramos mayor soporte en extraños que en conocidos, algunos extraños dan mejores consejos y abrazos más sinceros, con más energía; así que sin pena, hablen con la gente.

3. No pregunte a una madre cosas sobre su hijo que ni la ciencia puede responderle a ella, porque no siempre la respuesta será amigable. O es que ¿Considera que ella no ha buscado las respuestas o no ha buscado apoyo de profesionales?, ¿Cree que ella no ha pasado días en la biblioteca o noches enteras en la computadora, tratando de encontrar respuestas?, pues yo le puedo asegurar que sí, que ha leído todo y va a donde la invitan para conocer más cada día, pero que nadie tiene todas las respuestas y a ella siempre le sobran preguntas.

4. Si de verdad le interesa el caso, no pregunte más por la cura, sino por el proceso de apoyo; porque la verdad es que nadie se cura de ansiedad quedándose quieto, nadie se cura de depresión despertándose un día y diciendo “a partir de hoy seré feliz”, nadie aprende a controlar sus emociones de la noche a la mañana, todo es un proceso; si fuera así de fácil no existirán las terapias, ni los expertos, ni las medicinas, y tampoco existirían familiares y amigos dando soporte emocional para esta batalla, no es fácil, no es sencillo, pero es posible.

5. No pregunte “¿Qué dirá la gente?”, pregunte qué puede hacer usted, si de verdad le importa el tema, y quiere apoyarnos. Porque una condición no es nada de qué avergonzarse; quien debe sentir vergüenza es aquel que por ignorancia juzga, compara, se predispone o excluye a quienes luchan todos los días una batalla para soltar los miedos y abrir espacio en su cabeza para las ideas que los ayuden a lograr sus sueños. Muchos dejamos de vivir nuestros sueños por temor al qué dirán, por miedo a no agradar a otros, pero la mayoría de los niños con una condición especial, no se resignan ante la opinión de otros y todos los días tratan de vencer sus propios miedos, que en realidad son los que los alejan de sus objetivos.

6. Responda usted ¿Alguna vez ha sentido miedo en una situación donde creyó estar expuesto o se sintió vulnerable? A lo mejor un día, sintió nervios de hablar ante un determinado público, o pena de expresar sus emociones, o alguna situación que le hiciera sentir que no lo iba a hacer bien, tuvo temor de que alguien se diera cuenta de su inseguridad en ese momento, sintió que quedaría expuesto si notaban que no estaba listo para ese reto, o si ¿Le tocó hacer un gran esfuerzo físico y/o mental para que nadie notara sus miedos? Bueno imagine sentirse así todo el día, y en relación a casi todos los aspectos de su vida. Así más o menos se siente. Como ya sabe lo que siente, pregunte menos y apoye más.

7. Escuche, no juzgue y dese la oportunidad de aprender. No importa lo irracional que pueda sonar, para algunas personas con condiciones es totalmente lógico y racional su argumento, nadie es dueño de la verdad y por lo general su verdad no viene atada a prejuicios colectivos ni valoraciones individuales, lo que en definitiva los acerca más que a nosotros a la realidad.

8. No juzgue a quienes hablan solos o se hablan así mismos. A lo mejor no pueden decirlo a alguien más, porque a veces hay temas que la gente no quiere escuchar o se niega a entender; y no por eso quien quiera decir algo debe guardar silencio. ¿Por qué se tienen que limitar? Además hay gente tan vacía por dentro que si tuviera que hablarse a sí misma, no tendrían nada bueno que decirse, por eso le sugiero que prefiera siempre, a los que tienen el corazón lleno de sanos pensamientos y dicen lo que sienten a pesar de que nadie los escuche.

9. Los hombres también sienten. Comprenda que en la vida jamás hay que disculparse por ser emotivo, llorar está bien, estallar está bien, reir está bien, todas esas emociones demuestran que usted es humano no es un robot; y dejan saber que algo o alguien le importa, que está dispuesto a cuidar y proteger, eso es señal de fortaleza no de debilidad. Olvide prejuicios sobre la masculinidad, porque los hombres sí lloran, sí gritan, sí respiran, los hombres si son acosados, los hombres si se sienten inseguros, si tienen problemas alimenticios y sí tienen enfermedades mentales. En definitiva los hombres también sienten, sentir no los hace menos masculinos, pero sí los hace verse y sentirse más humanos.

10. Si busca el significado de la palabra “prejuicio” en varios diccionarios, verá que todos coinciden en que se trata simplemente de una opinión que se emite sin tener evidencia. Por lo que mi mejor consejo, es que si usted quiere opinar sobre la formación, la dinámica, la rutina o las acciones de un niño con condición y su familia, primero debe realizar un esfuerzo mental, leer, instruirse y observar; no permita que la ignorancia le haga cometer el error de prejuzgar a una familia, que batalla a diario para hacer que su niño se ajuste a una sociedad, y a un entorno que está lleno de complejos, juicios y valoraciones. Si no le gusta que le respondan mal no juzgue sin tener el conocimiento requerido; queda mal usted y pasamos un mal rato todos.

11. Esta sociedad necesita mucha información para no creer que los desórdenes mentales son una decisión, nadie decide luchar contra su mente, nadie decide ser infeliz, el ser humano desde que nace lucha por ser feliz. Si siguen creyendo que los niños especiales son flojos, o que no ponen de su parte, es imposible que los ayuden avanzar, todo lo contrario, los llevan a hacerse más cuestionamientos sobre ellos mismos y su fortaleza; los hacen dudar de su amor propio y no les dan el soporte que realmente necesitan.

12. Las crisis no son momentos de debilidad, son la señal de alerta de que la mente está trabajando, sigue luchando, sigue resistiendo y en algunos casos está ordenándose para avanzar. Las crisis pueden ser los momentos de más valentía, de sacudida para liberar y llenarse de fuerza para continuar, no es flojera ni ganas de llamar la atención.

13. Nadie se imagina la energía que invierte un niño en tratar de parecer “normal”, cuando en realidad no es anormal, es único, como todos los demás seres de este planeta. Jamás te expreses diciendo “los niños normales bla bla bla” porque nadie sabe que es la normalidad, y menos en una mente en conflicto permanente. Es agotador actuar como si tuvieras algo que esconder, te resta energía para tareas importantes como VIVIR plenamente.

14. Lo peor de las crisis se puede generar al lidiar con las actitudes y expresiones de otros, ya es suficiente la lucha interna para tener que vivir explicando que sucede. La crisis es el momento de soporte, del abrazo fuerte, de las sonrisas y las miradas de amor.

15. Si usted celebra cuando alguien se casa o se gradúa, no hay nada de malo que una madre haga una fiesta porque su hijo aprendió a amarrarse los zapatos. Para una familia especial, las tareas cotidianas se convierten en retos asombrosos, así que no juzgue a esa mamá que hizo una fiesta porque su hijo encontró amigos, tampoco la juzgue cuando llore de emoción porque vio a su hijo participar en un juego con otros niños, no la mire raro cuando ella arranque a llorar de alegría, porque su hijo que no soporta el contacto físico, corrió a ella para besarla, tampoco te fijes en sus llegadas tarde ocasionales, porque no sabes cuánto tiempo le tomó acompañar y celebrar con su hijo en el proceso de ponerse cada prenda de vestir.

16. Aprenda que jamás debe hacer que un niño sienta vergüenza de su condición, si siente pena de hablarlo o decirlo, el creerá que hay algo mal en él, o es un fenómeno; proteja siempre su integridad, no se trata de ocultar por vergüenza, se trata de exponer con argumentos y sentimientos para que otros comprendan y se sumen a la lucha, si oculta su historia está siendo egoísta; porque a lo mejor otro necesita leerte o escucharte para sentir apoyo para avanzar o encontrar algún consuelo, en ambos casos se trata de inspirar y ayudar a otros a no sentir vergüenza, sino llenarse de valor para seguir adelante. Además si usted habla de su historia, se adueña de ella y no deja que otros le metan personajes, situaciones o un final inesperado, escriba y hable hasta que se canse y consiga más aliados, esto es una lucha individual que se hace fuerte si vas acompañado.

Si usted se tomó el tiempo de leer estas líneas, yo solo espero que cuando le pregunten…

¿Tu hijo tiene algo?

Usted responda con orgullo y una gran sonrisa…

“No tiene algo. Lo tiene todo para triunfar, solo necesita más apoyo para descubrir y utilizar todo su potencial.”

La Madre de Armando José…
Instagram: @ameliabelisario


jueves, 11 de julio de 2019

SER PADRES

¿Les ha pasado alguna vez que se sienten como el personaje principal de un videojuego, donde la dificultad aumenta progresivamente en cada nivel y deben superar grandes desafíos que les permitan completar los objetivos para seguir avanzando?

Últimamente me he sentido así, envuelta en miedos porque no creo poder superar este nivel de dificultad, envuelta en preguntas que de pronto llegan a mi mente perturbando mi "tranquilidad" (entre comillas porque siendo cada día un desafío, es poco probable tener tranquilidad).

No suelo preocuparme por el futuro de mis hijos, me concentro en el ahora, en lo que puedo enseñarles hoy que les permita ser más independientes de lo que fueron ayer, me concentro en corregirles, en acompañarles en esos momentos de crisis, de ansiedad, del volcan de emociones que se desborda en ellos y no saben gestionar.

Sin embargo, recientemente tras el fallecimiento de una vecina en un accidente repentino, esos miedos que un día logré dejar de lado volvieron, y he de confesar que durante días mi mente no dejaba de dar vueltas, pasé por momentos de insomnio, perdí el apetito, veía a mis hijos y solo podía pensar que si me ocurriera algo similar ¿Quién arroparía a mi niño todas las noches para que pueda dormir? (porque no importa cuanto calor haga, si no se le arropa no duerme), ¿Quién despertaría a mitad de la noche para perseguirlos por la casa cuando se levantan dormidos?, ¿Quién mantendría la calma en medio del caos, esos días en los que ambos entran en crisis y buscan refugio en las dulces palabras que no reprochan?

Por un momento sentí colapsar, me envolvió la ansiedad del futuro incierto y me tomó algunas semanas recuperarme, darme cuenta que en nada me ayuda pensar de esa forma, darme cuenta que solo yo puedo controlar la intensidad de esas emociones, y que enfermaba mi mente y mi cuerpo alimentado pensamientos negativos.

No fue fácil y quien diga que superar estos momentos ocurre de un día para otro, simplemente miente, pero los apoyos son fundamentales, todas las familias que tenemos un miembro con alguna condición, llámese TEA, Síndrome de Down, Discapacidad Intelectual, Visual, Auditiva..., debemos contar con ellos.

El apoyo emocional nos brinda empatía, aceptación, ánimo o pequeñas muestras de afecto que nos hacen saber que somos apreciados y valorados por otros, el apoyo informacional son aquellas personas a través de las cuales podemos conseguir consejos, guía o nos proporcionan información útil. El apoyo de compañía se refiere a ese sentido de pertenencia a un grupo donde podemos compartir actividades en común, y si bien es cierto que muchas veces nuestra vida social parece haber desaparecido, es importante propiciar y motivarnos a nosotros mismos a salidas al parque, a conversaciones a través de las redes sociales con grupos de familias, a organizar paseos (puede ser al vecindario), esto resulta positivo para nuestros hijos y debería estar incluído en su rutina.

Rodearnos de estos apoyos nos garantiza contar con los recursos necesarios para desarrollar competencias que nos permitan superar estos momentos de agobio y sobrecarga emocional.

No todo es color de rosa, a veces nos enfrentamos a situaciones que nos sacuden, que nos desestabilizan, pero es importante tomar conciencia de ello, buscar ayuda y trabajar por cambiar nuestra actitud y la percepción que tenemos de los obstáculos que se nos presentan. Es poco probable superar los momentos de dificultad si nuestros pensamientos nos ponen en desventaja.

Permíteme abrazarte en la distancia y recordarte que no estas solo/a 



sábado, 18 de mayo de 2019

FOMENTANDO AUTONOMÍA TEA: A LA DUCHA

Inicio esta entrada con una frase que me gusta muchísimo:

“El éxito es la suma de pequeños esfuerzos, repetidos día tras día”
-Robert Collier-

Así he vivido los últimos años, sumando cada día pequeños esfuerzos hasta lograr con éxito las metas propuestas y por supuesto celebrando los pasos que vamos dando por pequeños que parezcan, porque avanzar implica voluntad, constancia, optimismo e incluso nuestros hijos deben sentir que estamos orgullosos de cada obstáculo que superan.

Hace un par de semanas Moi se dió su primera ducha solo 😊

Aunque no existe una edad común para que los niños empiecen a bañarse solos, alrededor de los 7-8 años ya muchos niños han adquirido autonomía en esta actividad de la vida cotidiana. Hoy con 10 años y 5 meses, mi peque (ya no tan peque), lo ha consolidado. 

Durante los primeros años de Moi, me preocupaba mucho que su ritmo de aprendizaje fuese tan lento, en muchas ocasiones intentamos sin éxito forzar alguna lección para la que aún no estaba preparado, hasta que lo comprendí: Si no se respeta el ritmo de cada individuo, ocasionamos frustraciones innecesarias y experiencias negativas en relación con los propios procesos de aprendizaje. Entonces dejé de querer hacer todo a mi manera para ajustarme a la suya.
Empecé a dividir los objetivos en varios pasos, a repetir incansablemente aquella rutina y reforzar con imágenes hasta lograr reforzar cada aprendizaje: llevar su plato a la cocina, servirse un vaso con agua, doblar su ropa, llevar la ropa sucia a la cesta, emparejar sus calcetines, cepillarse los dientes, lavarse las manos y más.

Hace unos meses iniciamos el proceso de autonomía en ducha, nos tomó algo de tiempo porque las manos de Moi son bastante rígidas, entonces comenzamos por reforzar las debilidades y una de ellas era el lavado de manos pues de la forma en la que colocaba sus manos: abiertas una sobre otra mientras las movía de arriba abajo, también lo hacía en una pequeña área de su antebrazo, por ejemplo, hasta que sacaba espuma (mucha) y decía que había terminado 🙈





Una vez logramos mayor flexibilidad en las manos y observamos mejoras en el lavado de manos, retomamos la ducha entregando el jabón y pidéndo que realice por sí solo partes del cuerpo y ayudándole hasta hasta que lo hizo en su totalidad y únicamente supervisamos sin intervenir en el proceso, excepto para lavar el cabello.

Describir el proceso resulta más sencillo que llevarlo a la práctica 😂 los cortes del servicio de agua de forma inesperada y racionarla para evitar agotarla tan pronto nos hicieron más dificil el proceso ya que no podíamos ser constantes en sus intentos de autonomía. Lo importante es mantener clara la idea de lo que se quiere lograr y adaptarnos a los factores externos que no podemos controlar es importante.

Por supuesto, nuestra actitud es un factor fundamental cuando nos disponemos potenciar la autonomía y aquí entro debate con Papá porque por lo general tiene mucho miedo de lo que pueda ocurrir y esto limita muchísimo, les ponemos un techo a nuestros hijos sin darles la oportunidad de demostrar que son muy capaces.
No imaginan lo complicado que fue iniciar con servirse un vaso de agua. Estar en casa me ayuda un poco a reconocer cuando están preparados para realizar alguna actividad por sí solos, porque puedo ver si hay interés y si realizan en algún momento pequeños intentos, así que primero ayudo, luego superviso para finalizar dándoles total libertad.
Cuando papá llega en las noches es mucho lo que hemos avanzado, pero su temor cuestiona constantemente esos avances. Al principio se convirtió en una lucha de: "Yo te la sirvo" y "Yo puedo solo" que por supuesto terminaba en llanto y frustración.

Desconfiar de sus capacidades les afecta emocionalmentes y esperar a que suceda eso que con tanto afán anticipamos para luego reclamar el intento fallido y salir con un "Te lo dije" o "Sabía que eso iba a pasar", tiene efectos negativos.
Por un tiempo mientras estábamos los niños y yo en casa Moi servía su agua, incluso se ofrecía a llenar los vasos de todo aquel que estuviera de visita, como todo aprendizaje cuando inicia derramaba en ocasiones un poco de agua pero le decía que solo se trataba de un accidente, y explicaba alguna técnica para mejorar como tomar con una mano el vaso y con la otra la jarra de agua. Siempre procuraba dejarle una jarra de agua  la mano con menor cantidad para que no estuviese tan pesada. Pero al estar papá presente la historia era otra, cada vez el agua se derramaba e iba seguido de un "viste, ya mojaste todo". Y se volvió una constante, Papá cerca= Agua derramada 😩

Ningún padre viene con un manual bajo el brazo, nos graduamos el mismo día que nace nuestro primer hijo y vamos poco a poco aprendiendo, modificando y superando con éxito los obstáculos, siempre con amor. Somos un conglomerado de ideas, opiniones, costumbres, creencias, valores y particularidades materializados en la Paternidad/Maternidad.
Creo que para muchos papás no resulta nada fácil desprenderse de ese estilo de crianza con el que crecieron, suelen considerar que tener en cuenta los sentimientos del niño y no imponer su autoridad "como adultos que son" es señal de debilidad, pero vienen nuestros niños a ponernos el mundo de cabeza y a enseñarnos que logramos mucho más fomentando capacidades, habilidades y actitudes basados en el repeto que con malos tratos, descalificando o menospreciando con duras palabras las acciones o sentimientos de otros.

Lo bueno es que, soy como tierrita en el ojo, bien fastiosa y mi esposo en estos años reconoce mi cara de "mejor guarda silencio y vamos a conversar". Sin restar autoridad interviniendo de forma precipidada, papá y yo nos apartamos para tener una conversación sobre lo ocurrido y las posibles formas de mejorar en próximas ocasiones.
Las conversaciones entre padres sobre la crianza, donde cada uno pueda aportar y expresar cómo se sienten respecto a un tema en particular son estrictamente necesarias, mantener ambos la misma línea evitará muchos disgustos.

Finalizo invitándoles a dejar sus comentarios sobre la autonomía de sus hijos, y ojo, que no por requerir mayor cantidad de apoyos o por ser no verbal significa que no son capaces. Con adaptaciones al entorno, un ambiente más estructurado, constancia y mucha paciencia pueden realizar actividades de la vida cotidiana acordes a sus posibilidades.



martes, 14 de mayo de 2019

LAS TECNOLOGIAS EN EL TEA

¡Hola! Tengo pendientes algunas publicaciones con temas de interés que por motivo de tiempo no he podido realizar, pero aquí estamos 😁😁

Hablemos hoy sobre las TIC ¿Han oído hablar de esto?
Son las siglas de "Tecnologías de Información y Comunicación", es decir, aquellos recursos que nos permiten llevar a cabo el proceso de comunicación, acceder a la información e interactuar con otras personas a través de soportes tecnológicos tales como: computadoras, teléfonos móviles, video o consolas de juego, entre otros.

Los que tenemos niños con TEA sabemos que esta tecnología y aparatos varios les encantan y nos sorprenden con su gran agilidad para manipularlos sin recibir orientación alguna.

Estos recursos tecnológicos que han venido desarrollándose y evolucionando año tras año, contribuyen significativamentea la mejora de la educación de los niños con TEA tanto en casa como en la escuela, adaptándolos a las propuestas educativas desarrolladas según cada caso, con el fin de responder a las necesidades educativas especiales de cada chico.
Lamentablemente es muy frecuente observar el uso excesivo de teléfonos celulares, tablets, laptos y otros, solo para ocio, distracción o entretenimiento en los niños, creando un efecto contrario al que intentamos trabajar, llevándoles a aislarse cada vez más para dedicarse exclusivamente a estos juegos y alejándonos de nuestros objetivos de integración y desarrollo de habilidades sociales.

Debido a que estos aparatos resultan sensorialmente fascinantes y lo fácil que resulta para nuestros peques (y no tan peques) engancharse de estos dispositivos, debemos darnos a la tarea de investigar si las aplicaciones, juegos o videos son de uso pedagógico,  si pueden aportar algún beneficio, si podemos mediante su empleo, estimular los procesos mentales de nuestros peques (lenguaje, pensamiento, inteligencia, memoria, percepción...) y el abordaje educativo y estimulando el desarrollo y aprendizaje.

Cuando Moisés estaba pequeño no tenía acceso a esta multitud de recursos que se manejan en la actualidad, pero siempre me interesé por buscarle videos y aplicaciones que le ayudaran a desarrollar su lenguaje y trabajar la atención. Con Cami por otro lado me funcionaron geniales los videos de youtube para desarrollar el juego simbólico. He de confesar que ser una mamá dentro del espectro me limita en ciertas actividades, se me dificulta mucho realizar este juego con mis peques, la imaginación no me da, así que encontrar a #JuguetesDeTiti fue de gran ayuda, al principio Cami pasaba el tiempo solo observando pero a las pocas semanas comenzó a imitar el juego y yo pude participar.

Por supuesto mamá es quien primero mira los videos, selecciona y además les acompaña a verlos, así podemos interactuar.

Con el tiempo me di cuenta de lo adictivo que resultan las pantallas e incluí los juegos dentro de los horarios y la estructura en la casa, pero solo pueden usarlos durante el fin de semana, sábados y domingos, durante 1 hora. El resto de la semana los prefiero jugando al aire libre, corriendo, descubriendo las maravillas de la naturaleza (palitos, piedritas, insectos...)

Les dejaré a continuación algunas aplicaciones que pueden ser de gran utilidad

















Imágenes de : LA ATENCIÓN EDUCATIVA DE LOS ALUMNOS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA.
https://drive.google.com/file/d/0B_aJS1HR78u_WmlLUEk4bzFLY3M/view?usp=sharing
Les recomiendo este libro 👆👆👆👆👆👆👆👆

Si conocen algunas otras aplicaciones o programas pueden dejarlos en los comentarios 😉








martes, 19 de febrero de 2019

HÁBITOS Y RUTINAS EN TEA

¡He vuelto!

Aunque mantengo constante actividad en las Redes Sociales (Instagram, Facebook y Twitter) escribir en este medio requiere de mayor tiempo y concentración que la verdad, muchas veces no encuentro.
Sin embargo, quise hoy abordar un tema bastante interesante que durante los primeros años nos angustiaba un montón, y es el hecho de crear hábitos y rutinas en nuestros peques, lograr fijar en ellos determinada conducta, como por ejemplo: lavarse los dientes, ordenar sus juguetes después de jugar, ir a la cama sin que se convierta en una batalla campal o sentarse a comer a la mesa.

Antes me gustaría aclarar que:

"La rutina es una costumbre personal establecida por conveniencia, que no permite modificación y que puede desaparecer; por ejemplo, colgar el abrigo en la percha al llegar a clase.

El hábito, sin embargo, es un mecanismo estable que crea destrezas y que además podemos usar para distintas situaciones: por ejemplo, abrocharse la chaqueta."

Por supuesto, para lograr con éxito esta instauración debemos tener en cuenta que necesitamos ser repetitivos, constantes, pacientes y manejar nuestras emociones como adultos, es decir, reconocer cuando una situación nos está afectando tanto como para alejarnos, tomarnos un tiempo para respirar, equilibrarnos y retomar.

Sí, definitivamente resulta más sencillo decirlo o escribirlo que hacerlo, en la práctica, y sobre todo si hemos tenido un día difícil, y nos sentimos agotados física y emocionalmente, sentimos que la situación nos agobia, nos desesperamos por conseguir rápidamente lo deseado, nos dejamos llevar por los comentarios del entorno y por supuesto esto nubla nuestros pensamiento, perdemos totalmente el foco y podemos caer en gritos, incluso llorar (y mucho).
Digamos que, llegar al punto donde ahora nos encontramos ha sido toda una odisea, como escalar una montaña llena de muchos obstáculos, hasta lograr con ayuda de los profesionales a comprender cuál es la mejor forma de abordar ciertas situaciones.

Como siempre les hablo desde mi experiencia, estoy consciente de que existen cualquier cantidad de estrategias que a muchas familias han funcionado y les invito a comentarlas, porque siempre podemos sacar provecho de ellas, adaptándolas a nuestra realidad, ajustándolas a nuestros peques.

Ahora bien, una vez que hemos tomado conciencia de nuestras emociones, fijamos nuestro objetivo, es importante involucrar a la familia inmediata, es decir, a las personas con las que convive diariamente nuestro peque (mamá, papá, abuelos, hermanos, tíos...) con el fin de establecer todos una misma metodología y evitar aquelos de que uno de los miembros permite hacer una cosa y el otro no, esto genera un desequilibrio y por supuesto tomará muchísimo más tiempo el fijar algún comportamiento.
Una vez conversado con los miembros de la familia sobre el objetivo que tenemos en mente, vamos a dividirlo en pequeñas metas a corto plazo que nos lleven a la totalidad. Debemos para ello tener presente que estas tareas se ajustan a la edad, compromiso cognitivo y capacidades de nuestros peques. Debemos ser realistas, es decir, sin crearnos falsas expectativas o imponer un tiempo determinado porque esto solo nos generará estrés y frustración y a nuestros peques muchísima ansiedad que podría generar rabietas y poca colaboración de su parte. Tampoco pongamos límites, cuando vemos que toman la iniciativa por realizar alguna actividad, nuestra actuación consiste en alentarlos, apoyarlos y acompañarlos, no cortar sus alas con frases como: "No vas a poder o Es muy difícil para tí", porque incluso sin lograr lo que se propone, el intentarlo debe ser celebrado y motivado a ir por más.

Entonces, una vez definido nuestro objetivo y dividido en partes, conversamos en el peque. La cantidad de información que daremos va a depender de cada niño; el tiempo de atención de Moi a los 3-4 años años era muy cortito (no es  que haya mejorado muchísimos, pero al menos contamos con un par de minutos más), por lo que nuetro mensaje debe ser corto, concreto y acompañado de material visual (fotos, pictogramas, dibujos...).
Este material debe llevar la secuencia o el horario de lo que estamos trabajando.
Para lograr con éxito nuestro objetivo debemos, como mencionaba al inicio, ser pacientes, repetitivos y constantes, estas son las bases para establecer tanto un hábito como una rutina, y nos ayudará a mantenernos enfocados.
Cuando Moisés estaba pequeño aun no contábamos con un comedor, por lo que nuestras comidas se realizaban en el sofá. Luego pudimos adquirir nuestro juego de comedor, toda una novedad para él a sus 3 años, aún pasábamos entonces por muchas rabietas, un vocabulario ininteligible de apenas 5 palabras y mucha hiperactividad, en solo fracción de segundos perdía el interés de realizar alguna actividad para dirigirse a otra sin concluir y por supuesto esto nos angustiaba un poco, sobre todo al pensar en lo que pudiera pensar el resto de las personas si llegásemos a estar en un lugar público.
Esto fue cambiando con el tiempo, comprendí que aislarlo del mundo no va a corregir esas conductas disruptivas y en cambio optamos por la exposición por periodos cortos que poco a poco se iban incrementando, a esos espacios que generaban escapes, rabieas, gritos y demás.
¿Y por qué repito una y otra vez aquello de paciencia, repetición y tolerancia? Porque de no ser por ello no hubiésemos logrado avanzar. Aún hoy a sus 10 años continuamos día a día enfocados en enseñar hábitos de higiene, de estudios y demás.

Retomando el recuerdo, creo que lo más difícil de aquel entonces fue que papá entendiera que debíamos abordar un paso a la vez, pues cuando logramos que Moi se mantuviera sentado durante toda la comida, papá quería corregir: postura, codos en la mesa, hablar con la boca llena y dejar de mover las manos (y el cuerpo entero) mientras come.
Fue muy muy difícil porque: Moisés es hiperselectivo con la comida (en publicaciones anteriores se los comentaba) y ver el plato del resto de los miembros le producía una sensación de desagrado, por lo que solo observaba con mal gesto a los demás comer durante breves minutos, y esto aunado a su constante necesidad de moverse de un lado a otro, hacía que se levantara y dejara todo. Así que primero trabajamos desde lo individual, nuestro primer paso a corto plazo era que se mantuviera sentado durante toda la comida, ya luego pasaríamos al siguiente: sentarnos todos a la mesa.

Papá se frustraba con facilidad y por aquel entonces yo recien empezaba a adquirir herramientas para ayudar a Moi, por los que las comidas eran muy estresantes y terminanban con mucho llanto, baja el brazo, deja de moverte, no toques, sientate bien, no hables con la boca llena, no metas tanta comida a tu boca, deja eso (todo esto en modo repetición infinita), incluso para mí resultaba irritante, realmente se me quitaban las ganas de comer, y Moisés lloraba muchísimo porque al recibir tantas órdenes terminaba igual de frustrado que papá.

Mantener una buena relación de pareja basada en la comunicación es base, porque a pesar de tardar un poco en comprender la idea de que tanta información, tantas órdenes enviadas a la vez no iban a obtener el efecto deseado, se mostró dispuesto a colaborar y hacer lo necesario para lograr nuestro objetivo. Y así fue como empezamos a dividir en pequeños pasos que a lo largo de los años han dado muy buenos resultados, acompañandolos de secuencias de pictogramas ubicados en lugares estratégico de la casa, un horario que les brinde estructura a su día a día y por supuesto anticipe lo que viene a continuación, reduciendo significativamente los niveles de estrés tanto para los niños como para nosotros, los padres y resto del entorno familiar.




LOS QUE SABEN TAMBIÉN SE EQUIVOCAN...