jueves, 9 de agosto de 2018

PREADOLESCENCIA TEA

En un abrir y cerrar de ojos se nos han pasado los años, tengo tanto por escribirles, por contarles...

Para empezar, hemos entrado en la Preadolescencia, esa etapa que va de los 9 a los 13 años en la cual se construye la identidad del niño y por supuesto se enfrenta a muchos cambios, sobretodo emocionales.
Resulta que desde muy pequeños vamos librando una gran batalla para lograr un buen manejo de las emociones (tanto en nuestros peques, como en nosotros mismos), por lo general esto ocurre a partir de los 5 años aproximadamente, cuando se reducen las rabietas que son perfectamente normales. Sucede entonces que en nuestros peques con TEA esto se lleva un poco más de tiempo y podemos llegar a los 8 o 9 (y más) años observando y trabajando, por supuesto no con tanta frecuencia, las rabietas y pataletas producto de la poca tolerancia a la frustración y si a esto le sumamos los nuevos cambios emocionales a los que deben enfrentarse, propios del desarrollo evolutivo que trae consigo la Preadolescencia, nos encontramos en presencia de una bomba de tiempo.

Y entonces, cuando crees tener los conocimientos básicos con respecto a los TEA, se te viene todo abajo con esta nueva etapa. Es muy fácil sentirse desorientado; en mi caso debo aprender de esta nueva experiencia con mi chico y retomar parte de lo aprendido con él para ponerlo en práctica con mi chica, es medio complicado porque son personalidades totalmente opuestas, con reacciones distintas, y aunque parezca mentira suele ser más intenso el estallido de ella.

He pensado durate días en esta publicación y es que en pocos meses él cumplirá 10 años, es alto,  mide 141cm, le falta muy poco para alcanzarme 🙈 y aún así parece ser tan pequeño en ocasiones, puede pasar horas rodando por un tobogán o "subirse al burrito" y no querer bajarse. Por supuesto, las miradas no se hacen esperar, sobre todo cuando su deseo por jugar es tan grande que prácticamente pasa por encima de los más pequeños, me apena mucho, siempre debo vigilar su juego porque puede sin querer lastimar a otros, no mide cuando la emoción lo sobrepasa.

Esta mamá viene percatándose que debe hacer frente a un nuevo reto, porque al acercarse la adolescencia surgen con mayor intensidad los momentos de "Para todo hay una respuesta" y "Yo puedo solo", últimamente se escapa 😥, esto no ocurría desde los 3 años, según él se va a ver, a correr, a donde sea, sin medir los peligros a los que puede enfrentarse. Una situación nada agradable que, por supuesto, no escapa de los pésimos comentarios al respecto.

Es curioso porque cuando son pequeños los adultos que les rodean, en ocasiones, muestran más comprensión hacia ciertas conductas, pero al ir creciendo, se espera del niño, próximamente adolescente, una conducta acorde a su edad, que "se comporte" según los parámetros socialmente aceptables, y surgen de nuevo los comentarios poco agradables, a cerca del juguete que usa para dormir, de la rabieta que arma si le dan agua en un vaso que no es es suyo... Y ni hablar cuando llegan a la adultez dónde son tildados de mañosos, temáticos, fastidiosos (con ojos en blanco incluídos), excéntricos, extravagantes y pare de contar, es decir, que al transcurrir los años tristemente y por falta de conocimientos, la empatía y compresión hacia las personas con TEA va disminuyendo

Solemos hacer énfasis en el abordaje hacia el niño, esperando que se convierta en un adulto funcional, con un mínimo de autonomía (lo que por cierto lleva mucho trabajo), pero no debemos olvidar que las particularidades de la persona con TEA no desaparecen; podemos modificar las conductas disruptivas, enseñar estrategias para enfrentar la frustración y la ansiedad, disminuir la frecuencia de las estereotipias si éstas interfieren con actividades de la vida diaria, pero definitivamente las características propias de las personas con TEA, NO DESAPARECERÁN.

Ahora bien, pasa salir airosos sin salir despavoridos en el intento, debemos buscar estrategias y por supuesto adaptarlas a nuestras necesidades y las de nuestros chicos, recuerden siempre que cada caso es único, así que NO EXISTE una formula mágica o receta que pueda funcionar para todos. Hasta el momento he aprendido que:

  • Como anteriormente comentaba suelen disminuir las rabietas, aunque la intensidad de estas se mantiene.
  • Si vas en contra, llevas la batalla perdida. Imponer nuetra voluntad no es de gran ayuda, genera frustración en ambas partes y desemboca en grandes crisis. Tómate el tiempo para explicarle
  • Al negociar, debemos ofrecer argumentos sólidos.
  • Debemos dejar las reglas o normas bien claras desde el principio.
  • Al tomar una desición debemos actuar con firmeza, sin perder la amabilidad. No olvidemos que continúan siendo niños y si muchas veces, como adultos sentimos que la situación nos sobrepasa, imaginen como pueden sentirse ellos.
  • Nuestro trabajo como padres es ayudar a reducir el caos, no sumarnos a él.
  • Es importante cumplir las promesas.
  • A veces se nos agota la paciencia, es normal, a todos no puede ocurrir. Pero es importante buscar ayuda cuando caemos en cuenta que nuestro estado de ánimo se está viendo afectado y estamos lastimando a las personas que nos rodean.
  • Imprescindible tener una actividad de disfrute, individual o familiar, un par de días al mes o de la forma que puedan organizarse.
  • Debemos con frecuencia hacer bromas, pueden no entenderlas y debemos explicarlas (tal vez después no resulten tan graciosas), pero les ayudará a comprender un poco el mundo en el que vivimos, podrán reconocerlas y no caer en frustración cuendo entiendan que para algunas personas es divertido decir cosas que no son ciertas.
  • Todas las actividades de socialización durante al menos el primer año serán intentos fallidos, pero esto no debe desmotivarte y es aquí donde la constancia juega un papel importante. Le verás llorar y también lo harás, le verás caer y correras en su ayuda, tu apoyo será fundamental, será el impulso que necesite para intentarlo las veces que desee hacerlo.
  • Jamás debemos cortar sus alas diciéndoles que no pueden. Siempre habrá forma, buscamos herramientas, estrategias, adaptaciones, dividimos en pasos más cortos, pero sin desanimarles.
  • Para finalizar, porque si me dejan les hago un libro 😂😂😂, es muy muy importante recordarles a diario cuanto les amamamos (con pequeños besos y abrazos cuando lo permitan), y aunque el gesto no sea recíproco, un día de la nada unos pequeños brazos cálidos te envolveran y tu corazón se hinchará de la emoción.

He aquí el burrito...


LOS QUE SABEN TAMBIÉN SE EQUIVOCAN...