sábado, 18 de mayo de 2019

FOMENTANDO AUTONOMÍA TEA: A LA DUCHA

Inicio esta entrada con una frase que me gusta muchísimo:

“El éxito es la suma de pequeños esfuerzos, repetidos día tras día”
-Robert Collier-

Así he vivido los últimos años, sumando cada día pequeños esfuerzos hasta lograr con éxito las metas propuestas y por supuesto celebrando los pasos que vamos dando por pequeños que parezcan, porque avanzar implica voluntad, constancia, optimismo e incluso nuestros hijos deben sentir que estamos orgullosos de cada obstáculo que superan.

Hace un par de semanas Moi se dió su primera ducha solo 😊

Aunque no existe una edad común para que los niños empiecen a bañarse solos, alrededor de los 7-8 años ya muchos niños han adquirido autonomía en esta actividad de la vida cotidiana. Hoy con 10 años y 5 meses, mi peque (ya no tan peque), lo ha consolidado. 

Durante los primeros años de Moi, me preocupaba mucho que su ritmo de aprendizaje fuese tan lento, en muchas ocasiones intentamos sin éxito forzar alguna lección para la que aún no estaba preparado, hasta que lo comprendí: Si no se respeta el ritmo de cada individuo, ocasionamos frustraciones innecesarias y experiencias negativas en relación con los propios procesos de aprendizaje. Entonces dejé de querer hacer todo a mi manera para ajustarme a la suya.
Empecé a dividir los objetivos en varios pasos, a repetir incansablemente aquella rutina y reforzar con imágenes hasta lograr reforzar cada aprendizaje: llevar su plato a la cocina, servirse un vaso con agua, doblar su ropa, llevar la ropa sucia a la cesta, emparejar sus calcetines, cepillarse los dientes, lavarse las manos y más.

Hace unos meses iniciamos el proceso de autonomía en ducha, nos tomó algo de tiempo porque las manos de Moi son bastante rígidas, entonces comenzamos por reforzar las debilidades y una de ellas era el lavado de manos pues de la forma en la que colocaba sus manos: abiertas una sobre otra mientras las movía de arriba abajo, también lo hacía en una pequeña área de su antebrazo, por ejemplo, hasta que sacaba espuma (mucha) y decía que había terminado 🙈





Una vez logramos mayor flexibilidad en las manos y observamos mejoras en el lavado de manos, retomamos la ducha entregando el jabón y pidéndo que realice por sí solo partes del cuerpo y ayudándole hasta hasta que lo hizo en su totalidad y únicamente supervisamos sin intervenir en el proceso, excepto para lavar el cabello.

Describir el proceso resulta más sencillo que llevarlo a la práctica 😂 los cortes del servicio de agua de forma inesperada y racionarla para evitar agotarla tan pronto nos hicieron más dificil el proceso ya que no podíamos ser constantes en sus intentos de autonomía. Lo importante es mantener clara la idea de lo que se quiere lograr y adaptarnos a los factores externos que no podemos controlar es importante.

Por supuesto, nuestra actitud es un factor fundamental cuando nos disponemos potenciar la autonomía y aquí entro debate con Papá porque por lo general tiene mucho miedo de lo que pueda ocurrir y esto limita muchísimo, les ponemos un techo a nuestros hijos sin darles la oportunidad de demostrar que son muy capaces.
No imaginan lo complicado que fue iniciar con servirse un vaso de agua. Estar en casa me ayuda un poco a reconocer cuando están preparados para realizar alguna actividad por sí solos, porque puedo ver si hay interés y si realizan en algún momento pequeños intentos, así que primero ayudo, luego superviso para finalizar dándoles total libertad.
Cuando papá llega en las noches es mucho lo que hemos avanzado, pero su temor cuestiona constantemente esos avances. Al principio se convirtió en una lucha de: "Yo te la sirvo" y "Yo puedo solo" que por supuesto terminaba en llanto y frustración.

Desconfiar de sus capacidades les afecta emocionalmentes y esperar a que suceda eso que con tanto afán anticipamos para luego reclamar el intento fallido y salir con un "Te lo dije" o "Sabía que eso iba a pasar", tiene efectos negativos.
Por un tiempo mientras estábamos los niños y yo en casa Moi servía su agua, incluso se ofrecía a llenar los vasos de todo aquel que estuviera de visita, como todo aprendizaje cuando inicia derramaba en ocasiones un poco de agua pero le decía que solo se trataba de un accidente, y explicaba alguna técnica para mejorar como tomar con una mano el vaso y con la otra la jarra de agua. Siempre procuraba dejarle una jarra de agua  la mano con menor cantidad para que no estuviese tan pesada. Pero al estar papá presente la historia era otra, cada vez el agua se derramaba e iba seguido de un "viste, ya mojaste todo". Y se volvió una constante, Papá cerca= Agua derramada 😩

Ningún padre viene con un manual bajo el brazo, nos graduamos el mismo día que nace nuestro primer hijo y vamos poco a poco aprendiendo, modificando y superando con éxito los obstáculos, siempre con amor. Somos un conglomerado de ideas, opiniones, costumbres, creencias, valores y particularidades materializados en la Paternidad/Maternidad.
Creo que para muchos papás no resulta nada fácil desprenderse de ese estilo de crianza con el que crecieron, suelen considerar que tener en cuenta los sentimientos del niño y no imponer su autoridad "como adultos que son" es señal de debilidad, pero vienen nuestros niños a ponernos el mundo de cabeza y a enseñarnos que logramos mucho más fomentando capacidades, habilidades y actitudes basados en el repeto que con malos tratos, descalificando o menospreciando con duras palabras las acciones o sentimientos de otros.

Lo bueno es que, soy como tierrita en el ojo, bien fastiosa y mi esposo en estos años reconoce mi cara de "mejor guarda silencio y vamos a conversar". Sin restar autoridad interviniendo de forma precipidada, papá y yo nos apartamos para tener una conversación sobre lo ocurrido y las posibles formas de mejorar en próximas ocasiones.
Las conversaciones entre padres sobre la crianza, donde cada uno pueda aportar y expresar cómo se sienten respecto a un tema en particular son estrictamente necesarias, mantener ambos la misma línea evitará muchos disgustos.

Finalizo invitándoles a dejar sus comentarios sobre la autonomía de sus hijos, y ojo, que no por requerir mayor cantidad de apoyos o por ser no verbal significa que no son capaces. Con adaptaciones al entorno, un ambiente más estructurado, constancia y mucha paciencia pueden realizar actividades de la vida cotidiana acordes a sus posibilidades.



1 comentario:

  1. Me gusta mucho como describes un proceso que puede ser tan arduo. Se requiere mucho amor para lograr lo que logras con los niños.

    ResponderBorrar

LOS QUE SABEN TAMBIÉN SE EQUIVOCAN...