miércoles, 12 de septiembre de 2018

PREADOLESCENCIA TEA ¿QUÉ HAGO?

Hace un par de entradas les comentaba que hemos llegado a esta etapa, después de superar los famosos: "Terribles" 3, y 4, y 5, y todos los demás, llegamos aquí, a los 9 años, una edad donde muchos se encuentran entre hacer cosas de niños pequeños pero dar respuestas de adolescentes que nos dejan en ocasiones sin palabras; se trata de un período de cambios emocionales y sociales que marcan el fin de la infancia y el inicio de la madurez, aunque así como el control de esfínteres y el control de impulsos y muchas otras cosas más, esto llevará su tiempo. Pasaremos por inevitables momentos de frustración, llanto, y más de lo que ya hemos vivido, solo que varía la intensidad y la frecuencia.

Por supuesto, el cómo hemos abordado hasta ahora ciertas situaciones, nos dará un punto a favor para los nuevos retos. Es decir, se supone que a estas alturas hemos establecido normas, y que todos los miembros de la familia estan concientes que cada acción genera una reacción y en consecuencia debemos actuar.

En casa, por ejemplo, tenemos horarios para el uso de la computadora, el televisor, los juegos de playstation y por supuesto existen asignaciones que van generando responsabilidad, como doblar su ropa, ayudar en la preparación de las comidas y si por alguna razón no quisieran cumplir con estos compromisos, se les restaría en consecuencia tiempo de las actividades que les agradan. En caso contrario, a veces, podemos hacer concesiones en ocasiones especiales.

Es importante, como a todo niño, dar estructura, hacerles sentir que su ayuda es fundamental para realizar las actividades que les corresponden y reforzar de forma positiva, esto no debe ser siempre con algun obsequio o tiempo extra, también reforzamos a través de frases motivadoras, un abrazo, un movimiento de manos que resulte divertido... 

Una vez hacemos conciencia de este niuevo desafío nos preguntamos ¿Qué debemos hacer? y es que la tarea que se nos ha encomendado de Ser Padres y formar a otro ser humano, no resulta nada sencillo. Es normal que nos asalte un sentimiento de angustia y preocupación pero no debemos permitir que este predomine, ya que perciben con mucha más frecuencia de lo que pensamos, nuestras emociones.

Lo primero que debemos hacer es buscar orientación, definitivamenta la ayuda profesional nos dará herramientas para manejar ciertas situaciones y conductas típicas de esta etapa, conversar con otros padres que puedan compartir su experiencia y brinden estrategias, sin olvidar que en ocasiones lo que funciona para uno, no lo hace con el resto y debemos hacer nuestras propias adaptaciones y crear nuestros propios métodos basados en lo mucho que conocemos a nuestros hijos.
Es necesario tener conciencia de la madurez emocional y cognitiva de nuestros hijos en todo momento, por lo general podemos ver en su reacción y actitud señales que nos indican cuando debemos ser más firmes, cuando podemos negociar diferentes alternativas y cuando ser un poco más flexibles, y no me refiero a ceder, sino a bajar el tono de voz, y de manera más suave mantener una conversación pausada en la que podamos explicar con argumentos sólidos, y si la ocasión lo amerita, como algún personaje de sus comiquitas, minimizando la carga de ansiedad y estrés.
Como padres podemos en ocasiones ser muy exigentes (me ha pasado), olvidamos muchas veces que ellos procesan la información de forma distinta  y es tanta la presión que tenemos del entorno, que al verlo de cierta edad, exige "conductas socialmente aceptables" y terminamos presionando, imponiendo y forzando las etapas para las que aún no están preparados.

Cuando nos encontramos con el nivel cognitivo y emocional que nos permita abordar ciertos temas, lo ideal sería:

  • Conversar con nuestros hijos sobre la pubertad, adolescencia y los cambios que vienen a continuación, utiliza apoyos visuales. Recuerda que pueden alarmarse cuando sucede algo inesperado.
  • Hacerles saber que siempre estarás dispuesto a responder sus inquietudes (aunque estas sean sobre dejarse crecer el cabello como Sonic y pintarse de azul).
  • No darle vueltas al asunto con conversaciones de relleno. Se claro y conciso en la información que solicita, teniendo en cuenta su literalidad.
  • Jamás, jamás dar nada por hecho. Incluso aquello que nos parece obvio, en ocasiones no pueden generalizarlo en todos los contextos y aunque resulte algo tedioso explicar lo mismo una y otra vez, esta es la mejor forma de lograr de forma exitosa el aprendizaje.
  • Reduce su ansiedad hablándole de tu experiencia, cómo te sentiste al respecto y qué hiciste, es importante que pueda reconocer sus emociones y hablar al respecto.
  • No le sobreprotejas. Esta en definitiva es la parte más complicada, quisieramos protegerlos de todo cuanto los rodea y evitarles cualquier sufrimiento, pero si quitamos todas las piedras de su camino, el día que no estemos, no sabrán que hacer cuando deban enfrentarse a una. Es nuestro deber acompañarles y brindarles las herrameintas pero deben vivir sus propias experiencias y descubrir sus propios límites.
  • Tomando un poco del punto anterior, debemos enseñarles a decir NO, cuando no se sientan a gusto, cuando algo salga de sus límites, cuando simplemente no deseen hacerlo. No podemos simplemente obligarles a realizar alguna actividad, debemos tener en cuenta que ellos en algún momento pueden negarse y este es el mejor momento para negociar.
  • Acompañarlos en el proceso de toma de decisiones y enfrentar junto a ellos las consecuencias positivas o negativas de estas. No es sencillo, dejarlos hacer, "soltarles un poco", estar alerta y angustiarnos es practicamente otra capa de piel; sin embargo, es necesario a partir de esta edad fomentar cierto grado de independencia (ni muy muy, ni tan tan, ¿ustedes me entienden, verdad?.
  • Nuestro mayor desafío, ayudarles a hacer amigos. En ocasiones evitaran las situaciones sociales porque estas pueden generarles mucho estrés y es aquí cuando acudimos al rescate, no para aislarlo, sino para ayudar a desarrollar las habilidades sociales, he visto que en algunas zonas se organizan pequeños grupos de jóvenes con TEA y facilitan la interacción para más adelante poner en práctica lo aprendido con otras personas.
  • Ayúdale a reconocer sus cualidades y fortalezas, refuerza su autoestima y hazle saber que todas las personas, incluyéndole, somos valiosas para la sociedad.
  • Conversa sobre su sobre su diagnóstico, es importante que reconozcan y aprendan a superar sus debilidades y transformarlas en fortalezas para avanzar. Enséñale ejemplos de personas con TEA que son valorados y respetados, también enséñale alternativas para solucionar ciertas situaciones, por ejmeplo, decirle al profesor «me resulta difícil centrarme en la clase si el ventilador está girando ¿lo podemos apagar?».

Les voy a dejar el enlace de descarga de una guía que me ha encantado porque tiene muy buenos consejos y estrategias que podemos adaptar según sea nuestro caso.


200 Consejos y Estrategias para Padres de Niños con Sindrome de Asperger de Brenda Boyd



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

LOS QUE SABEN TAMBIÉN SE EQUIVOCAN...