Muchos niños con un diagnóstico de Autismo pueden integrarse a las escuelas regulares, siempre que se tomen en cuenta ciertas consideraciones y se cuente con los apoyos para que el niño pueda aprender y desarrollarse en ese ambiente.
Antes de iniciar es conveniente que el niño haya alcanzado ciertas competencias sociales (permitir el acercamiento de otros, aceptar sentarse por un tiempo razonable...).
Por esta razón es recomendable que asista a una escuela integradora, un aula de integración o aula simulada, actividad que en la actualidad están llevando a cabo algunos centros de terapia y contribuye con el desarrollo de las habilidades sociales permitiendo que la inclusión en la escuela sea más efectiva.
Al iniciarse en una escuela regular se debe necesariamente formar un equipo de trabajo FAMILIA-ESCUELA- ESPECIALISTAS.
Este equipo determinará cual es la mejor forma de trabajar y definirá los objetivos para realizar las adaptaciones curriculares de acuerdo a las necesidades del niño.
Lo ideal es que la asistencia se realice incrementando de manera progresiva el tiempo de permanencia en el aula para que pueda familiarizarse, estando atentos a las situaciones que puedan influir de manera negativa.
Como bien sabemos las Políticas del Sistema Educativo fomentan la inclusión en escuelas regulares, el problema es que aún éstas no están preparadas, ni tampoco los docentes están capacitados.
Es imprescindible que los maestros sepan cómo asistir a los niños en sus intentos de relacionarse, en el proceso de aprendizaje, y como reaccionar ante una crisis, se les debe proporcionar a través de talleres de sensibilización y formación profesional, la orientación y asesoramiento en relación a sus dudas, temores y su rol a desempeñar en este proceso.
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